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martes, 8 de diciembre de 2009

Espacio y tiempo educativo

Necesitamos tiempo para el trabajo educativo

Las diferentes estrategias de enseñanza aprendizaje que se usan en el aula, además de tener un fin de enseñanza-aprendizaje, ayuda a los jóvenes a mejorar sus formas de expresión y comunicación; por eso es que el trabajo en el aula es fundamental para desarrollar las competencias de comunicación, independientemente de la materia de que se trate, una buena herramienta es la entrevista, lluvia de ideas, exposiciones, obras de teatro.

Si damos las clases de manera creativa, seremos felices al hacer nuestro trabajo, aunque debo decirles que el tiempo y la saturación de trabajo sigue siendo un obstáculo, salimos de un salón y ya estamos entrando a otro (en ocasiones ni tiempo de comer nos da); y para este tipo de actividades se requiere de mucho trabajo en el escritorio, tanto para preparar el material, como para evaluarlo.

Envidio a las instituciones que exigen a sus maestros mucho trabajo de investigación a sus docentes, pero también les dan el tiempo necesario (una o dos materias como máximo) para que lo realicen. Considero que esta reforma debe modificar los tiempos del maestro frente al grupo, para darle mayor tiempo de investigación y de esa manera se convierta en un especialista al momento de exponer y evaluar.

Los tiempos cambian tan rápido que lo científico ahora exige tiempo para la investigación y la reflexión; si maestros y alumnos son investigadores, entonces en las escuelas se creara conocimiento y se abandonará la idea del conocimiento absoluto, por el conocimiento compartido. Las sociedades exigen inversiones en el área de salud, vivienda, alimento, etc., pero algo fundamental es la educación; porque ahí se invierte en la misma supervivencia humana, en lo perpetuo de la especie.

Ahora se puede entender que los problemas académicos, no son culpa del maestro o del alumno, es resultado de todo un proceso social, donde el gobierno tiene mucho que ver –todo lo relacionado a sus políticas-, actuando en consonancia los dueños de los capitales económicos -banqueros, industriales, comerciantes-; si bien el estado y los capitalistas invierten en controles políticos y generación de plusvalía; las escuelas generan riqueza intelectual, por lo tanto desde los niveles de preescolar hasta los de doctorado deben de contar con todo el apoyo económico necesario. En la escuela se cultiva el futuro de la humanidad, a través del conocimiento de la ciencia, la ciencia necesita tiempo y espacio para cumplir sus metas y para ello no se deben escatimar recursos, mucho menos dañarlos con políticas que cumplan en apariencia y en la realidad dejen desprotegidos a los actores de la educación.